Musas

Hace muchos años, paseando por un Fnac en Madrid, encontré un libro de portada marrón, no era muy especial pero a mi me llamo la atención, esa mujer de cuello largo me hizo tomar el libro y leer la contraportada, ni siquiera me percate de la autora, fue en casa al sacarlo de la bolsa para enseñárselo a mi hermana, me di cuenta sin prever que las hermanas Brontë me llamaban otra vez. Me escondí durante todo el día en la habitación leyendo asimilando… si antes me sentía enamorada de Emily terminé por estar locamente encandilada por toda la familia, después de Charlotte llegó Anne. Creo que sólo me faltan dos libros “el maestro” y si mal no recuerdo uno de poemas que aquí en España no se ha editado.
De ellas pase a otra de mis musas, Jane Austen decir de ella sin entrar en los tópicos es muy difícil que no se ha dicho ya. Soy como otras tantas mujeres devoradora de su obra, de las enganchadas a toda versión cinematográfica que salga a la venta. Virginia Woolf la gran dama del sufragismo femenino de la libertad de la mujer, Elizabeth Gaskell que me lleva por las sendas de la dulzura de la esperanza de las intrigas femeninas y como no por las pasiones fuertes desgarradoras de A.S. Byatt quiero un broche de azabache y un Ash acompañándome en ese viaje.