domingo, 20 de julio de 2008

Los fines de semana: Almudena Grandes

Llevo un año esperando el verano, ¡mi adorada estación estival!, no, naturalmente no es por ir a la playa, rebozar mi cuerpo con cremas contra los rayos ultravioletas y marcarme la piel con otra tonalidad, ni por que los días sean más largos, sinceramente mi estación es Otoño pero en verano es cuando me puedo permitir leer a mis anchas y después de todo un año sin apenas leer ansiaba estos meses para apaciguar mi alma torturada.

Me emocione de tal manera que hice mi lista de libros con otros más de cabeza para pasar estos días tan calidos de mí Sevilla la bella, pero el destino siempre está jugando su baraja de cartas está marcada y siempre gana el muy cretino. Así que sólo tengo los fines de semana para poder leer, el sábado estoy tan cansada que apenas pego ojo por la noche y el domingo tiene muy pocas horas.

Ahora mismo tengo tres libros abiertos, mi cuaderno de anotaciones de mis impresiones, mis ganas amortiguadas por el cansancio y un tanto de dejadez para uno en especial, no lo tengo en mano así que cuesta más en leer, pero puedo afirmar que he terminado uno y me llego Kafka en la orilla.
Estuve leyendo las primeras páginas, me esta agradando y sorprendiendo pero lo he dejado un momento para leer a Collins, ya que mis amigas están haciendo mini-club de lectura y yo no puedo ser menos aún que no pueda decir hasta el sábado próximo.

El que me comí el fin de semana pasado y me supo a gloria fue Modelos de mujer de Almudena Grandes, no voy a repetirme con mi sentimiento hacía los cuentos, sólo decir olé.
Mi cuento favorito es sin duda alguna “El vocabulario de balcones” quizás por que yo comparto un balcón y sé que se ve desde allí, pero descubrí otros cuentos en los cuales sentimientos afloran por que forman sin tu saberlo parte de tu vida, acarician heridas, sentimientos, pensamientos, acciones o esperanzas.

Toda mujer con esos kilos impuestos por la madre naturaleza o más bien por el gusto de comer bien, debe hacer dieta ha de mejorar muchas veces no para ella misma sino con la presunción de gustar a una persona especial, como si las carnes fueran todo lo que los demás ven en uno mismo, y por lo tanto a causa de ellas no “estas bien vista para la sociedad” y sin duda alguna “no mereces al hombre del cual estas enamorada”, una mujer envuelta en su carne jugosa no es lo que hoy en día desean de ver y tener para abrir la ventana del amor, prefieren huesos de pollo y con esto no digo que cada cual no tenga el derecho para demandar lo que le gusta, pero por favor un poco más de variedad en la dieta amorosa no esta de más y puede ser muy satisfactoria. Por esta razón "Malena, una vida hervida" me revolvió por dentro, esperas que el amor de tu vida, ese que piensas se fije en ti cuando estés estupenda, nunca te paras a pensar si merece la pena esa otra persona, me encantó el final la comida, amor y sexo esa es la receta de la vida, no una simple dieta, no el pasar hambre, amargándote la existencia para poderte meter en un vestido de la talla 38.

Con el cuento de "La buena hija", experimentas esa sensación de “que hice yo para merecer esto”, esa idea de la cual te roban la vida mientras otros la viven por ti, tú sacrificas gran parte de ti o casi todo de tu persona, para descubrir un buen día que solo tienes un rincón minúsculo donde acomodas toda tu existencia, las situaciones de la vida son duras nadie la tiene de color de rosa, por más que se quiera hay que afrontar lo que te toca vivir, en esas ocasiones te sientes atrapada, furiosa y al final dejas todo de lado y la indiferencia llega o la rebeldía, quién no desea cambiar dejar la tiranía del destino en el cual vives y escapar para la libertad.

Una de las obsesiones de toda persona es la muerte, todos sentimos distintas formas hacía esa inminente verdad, ese fin que tarde o temprano nos atrapa, es un miedo inculcado, ya no es una victoria a una vida mejor como en nuestros ancestros no es una nueva vida, es la nada, y eso desgraciadamente da pavor. En "Bárbara contra la muerte" nos recuerda, que siempre va a estar caminando con nosotros siempre será esa sombra que nos acecha, pero hay que batallar contra ella y vivir por que da más miedo estar vivo y no sentirlo que saber que un día te vas y te pueden olvidar.

Recuerdo que al terminar este cuento, me fui a la cama con una sonrisa de mil diablos burbujeando por mi cuerpo, sentía la esperanza de un poco de esa historia para mí, algo no muy coherente pero nunca he dicho que yo lo fuera tanto, después de todo, los aires de levante se han de notar. Dos estereotipos de mujeres la bella que con un guiño de ojos y una voz sugerente lo consigue todo y la mujer como toda hija de vecina, es decir tal como cuando nos miramos al espejo y vemos nuestro reflejo “Modelos de mujer”. La inteligencia de por medio entre ambas pues no sería justo decir, que la guapa es “tonta” eso sería poner una etiqueta mal usada fuera de toda realidad y la menos hermosa “lista”. Un hombre ese continuo triangulo de poder y amor, esas desavenencias de quién puede más y la elección, ¿por que todo radica en lo que el hombre elija?, pero por esta vez te pones con el corazón a cien por hora por que ese hombre dibujado en palabras quiere y desea esa persona que tú ves cada día caminando por la calle, demostrando que en ocasiones no vale la belleza ni la inteligencia, simplemente ser una misma.

Me quedan dos cuentos o historias cortas como se las quiera decir junto con el prólogo pero esas, es mejor que cada una saqué sus propias conclusiones.

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