martes, 1 de julio de 2008

Variado de pescadito frito

Hoy en ese momento en el cual nos despertamos y seguimos un poco somnolientos, ráfagas de ideas pasaban por la mente, lo curioso no es esto naturalmente, sí el que todas tuvieran un título de comida, “tapitas”, “velitas de Loleta”, “huevos estrellados”, “entremeses taurinos”, “cola de…” No hay nada más desagradecido para el alma que una dieta, heme aquí muerta de hambre las consecuencias son estas, como buena cocinera he de desarrollarlas y en ello estoy mientras la nicotina entra en vena junto con la cafeína.

Tapitas un poquito de azafrán, naranja, algo de azahar, curry muy suave unas gotitas de miel, cordero tierno; extraña mezcla para todas esas cosas calladas durante este mes pasado, motores potentes corriendo, Rossi es líder, Stoner que despierta, cabeza de serie va perdiendo el cuello. Noche mágica, solsticio de verano, tres noches, solo una con nombre para todos, San Juan, el gran aquelarre pagano se cierna en las playas, pueblos, barrios, fuego, agua, deseos, conjuros y sexo.
Velitas de Loleta, lombarda, pescado blanco, aceite, jengibre, dátil, guindilla, pimienta ajo y ciruelas; los hechizos se extienden, cerillas, peticiones, llamas, deseos, fe y cariño, la suerte es llamada en su misma puerta, para dejar que entren los invitados, velas encendidas, murmullos de un ser amado para traerte los sueños cumplidos.
Huevos estrellados, huevas de esturión, crema de pepinillo, cebolla, gotas de limón, pan caliente y vodka; mareas altas, aroma salado, arena, roce húmedo que no tendré, ganas de viajar estando anclada, música medieval sonando en los jardines, brisa de un después.
Entremeses taurinos, pasta fresca, hojas de espinacas, piñones, vino de módena, canónigos, rúcula, zumo de naranja, nueces y pasas; entrevistas con 43 grados, taxis deambulando por la ciudad, con ganas de apaciguar el calor, risas y picaresca del hombre que desea, caricias, zalamería gitana.
Cola de… espera otra vez, querer leer dos libros a la vez, desear poder ir a comprar y embriagarme con palabras.

Luego dicen que no somos sacrificadas yo hablando de comida haciéndome el estómago cantes por alegrías, y en la cocina me espera lechuguita con tomate, para bailar por bulerías.

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