miércoles, 11 de junio de 2008

Cabecita loca

Lo cierto es que yo no soy tan precavida como mi hermana, siempre lleva una o dos libretitas en el bolso y con mucha diligencia va anotando en ella todo lo interesante o lista de la compra.
En un principio yo le decía que era una perdida de tiempo, pero al final claudique en sus modos, por mucho tiempo he llevado dos libretas de bolsillo en mi bolso, dónde apuntaba de todo con el tiempo sin saber por que dejé de hacerlo, y claro aquí comienza mis dolores de cabeza.

En vez de recoger la información de forma lógica me dedico a poner papelitos, todos me valen sobres no usados, cartas antiguas, servilletas, hojas de bloc, post it, no tengo lugar fijo para guardarlos los voy dejando por toda la casa, sin un lugar concreto donde luego pueda ir a mirar cuando lo necesite, para qué tener una cajita de cartón o un simple cajón, no, eso sería tener un orden y por lo visto es algo sin encajar en mi persona. A mí me gusta la perdida de cualquier dato, volverme loca buscando para luego darme cuenta lo imposible que es; hace muchos años un amigo me regalo una estrella de caos, ¡tan evidente fui para él!; yo lo llamaría poéticamente un desorden ordenado, esto sin duda alguna sería mentir como una loca, orden no tengo si fuera así hallaría.

No tengo la sensatez de apuntar los números de teléfonos en mi agenda como es lo normal, ni guardarlos en el móvil, he de pintarme la cara de ese tinte enrojecido y admitir a mi amiga R, la razón real del por que no suena un “ring” en su casa sonando mi voz detrás.
Por mucho instalar una agenda para el ordenador, tampoco me lleva a una mejora ¡nunca recuerdo pinchar en su bonito icono y abrirla!, hoy me he dado cuenta además de la perdida de las notas, ya son los CD de música, abro la cajita mona en la cual debería de estar y nada, reviso por mi mesa y se lo ha llevado el duende.

Quisiera tener un poco de agüita en mi sentido ocular, enrabiarme o sentirme dolida conmigo misma, en cambio me enciendo un cigarro, encogiendo los hombros “ya lo encontraré” dice la voz esa chiquita dentro de mi, ahora es tiempo de pensar en comprarte una PDA.
Veamos con mi poca cabeza, y hay quién dice que “cualquier día la dejo olvidada” esa agenda electrónica debe pesar en el bolso, eso es un sentido de carga en mi hombro, la cuestión es no sacarla pues entonces lo más seguro es que la pierda en cualquier lugar, olvidada como si no fuera mía, pero si no la saco para apuntar cuál es el sentido de la compra.

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