domingo, 16 de noviembre de 2008

Las Lobas

El fin de semana no hubo cama redonda, muy a pesar de Pilar, en cambio sí asistió la bata de Guatiné, las bolas chinas, un consolador de penas de 30 cm. y la cuchara de Cuca. Por que mis Niñas llegaron como manada a Sevilla.

Como toda historia tiene un comienzo, se iba cerrando la tarde, el clima estaba con esa humedad tan típica de mi ciudad y ese frescor simpatizando con tus huesos, las luces de la calle, las voces inconcretas de conversaciones sin sentido se escuchaban como murmullos, los transeúntes pasaban mirando los escaparates de las tiendas y recaían en mi presencia por estar fumando delante de uno de ellos, entraba y salía de la tienda con la impregnación a buena piel y cuero, respiraba hondo e intentaba no ponerme más histérica. Salía para clavar la mirada en ese estrello carril intentando ver un taxi que no llegaba.
Retomaba la entrada de la tienda para ver si todo estaba perfecto como si fuera un trabajo a presentar, me miraba entre los tantos espejos que tengo por ella, para verificar si el maquillaje estaba intacto y contaba los minutos según iban pasando las canciones de esa emisora que me aburre, todo ello pensando también en él Valladolid, que debería de estar pasando por la tienda para verme en fin una no puede dejar de fantasear con el sexo opuesto por mucha que sea la espera de tú encantadora amiga, esa que no aparece…

Ya cuando pensaba en todo lo malo por haber, un taxi casi se pasa la calle, mi instinto me dijo es ella, y efectivamente allí estaba Laura con sus grandes ojos cristalinos verdosos y su sonrisa en la cara, “mi canija por fin estaba en esta santa Tierra” ¡no te quise llamar desde la estación para darte una sorpresa! Y yo mientras comiéndome las uñas pensando en varias posibilidades, una que no llego a tiempo de coger el tren otra que se ha puesto mala a última hora y no viene o la más tremendista, que se puso mala en él y ha tenido que volver para Madrid. ¡Que ingrata son las amigas cuando les entra el telele de acordarse de Isabel Gemio!

Indiscutiblemente salimos a cenar, pero antes de tener esas charlas manteleras de cuadritos, ambas nos metimos a curiosear por el Vip’s y claro Laura no se pudo resistir a incitarme a comprar un Dvd, que supuestamente íbamos a ver esa misma noche. Por muchas amistades peligrosas, caímos después del paseo como osas en letargo. Pasó esa noche de poder reírnos de contar todo aquello que nos había quedado en el tintero de la media naranja, esa mañana tarde nos reuniríamos con todas, eso de no tener días libres te cae como una mala cama y no miro de quién y con quién.

Llego Maite, mi jefa y una clienta…Maite para ir las tres juntas con su marido, esta palabra es la primera vez que la escribo y ciertamente ya puedo usarla con todas las letras, que para ello firmaron el susodicho papelito acreditativo de ello. Allí estábamos caminando o volando por la Avenida de la Constitución pues no hay lugar más cómodo para quedar con mucha gente como en la puerta de Correos.

En resumidas cuentas no me perdí el primer contacto con la jauría de lobas, por que seamos claros hay muchos animales por el mundo, pero nosotras somos LOBAS, nada de lobitas, que puede haber algún gracioso pensando tal infamia, ni otros animales tan ínfimos y poca cosa.
Abrazos, contorsiones de mil demonios para acaparar a todas, miradas esperanzadas, con secretos y silencios, sonrisas de tantas conversaciones en ellas, ¡no lloré! Llevaba maquillaje, y el rimmel queda con poco señorío surcando por las mejillas, y nadie duda que yo sea una gran señora.

1 comentario:

Jezz Burning dijo...

Siiii!! Lobas, lobitas lobas!! Esas somos nosotras y también te queremos a rabiar!!! Olé sevillana guapaaaaaa!!!