martes, 25 de noviembre de 2008

Gerardo Diego


El otoño es para mi un instante de color, quizás muchos pensarán “esta mujer esta equivocada, la explosión de color es primavera”, para muchos será así quién soy yo para meterme en la paleta de color de cada cuál, la mía es Otoño, aun cuando con el frío se me pelan las manos, y mi pies se quedan congelados esperando los días con menos grados. Una de mis particularidades es la pasión que siento por la poesía, y esta es una de mis preferidas, me encantaría ser esa mujer, “Mujer cultivadora de semillas y auroras” “Mujer en donde nacen las abejas que fabrican las horas”

Aquí Gerardo Diego deja plasmado esa sensación de la que hablo es inmejorable e insuperable su modo, así que me voy a callar la boquita y dejar de teclear los dedos, os pongo la poesía en cuestión.
Otoño

Mujer densa de horas
y amarilla de frutos
como el sol del ayer

El reloj de los vientos te vio florecer
cuando en su jaula antigua
se arrancaba las plumas el terco atardecer

El reloj de los vientos
despertador de pájaros pascuales
que ha dado la vuelta al mundo
y hace juegos de agua en los advientos

De tus ojos la arena fluye en un río estéril

Y tantas mariposas distraídas
han fallecido en tu mirada
que las estrellas ya no alumbran nada

Mujer cultivadora
de semillas y auroras

Mujer en donde nacen las abejas
que fabrican las horas

Mujer puntual como la luna llena

Abre tu cabellera
origen de los vientos
que vacía y sin muebles mi colmena te espera.

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